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Poesía por Carlos Saravia

  • Inti Ediciones
  • 15 jun
  • 2 Min. de lectura
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Carlos Saravia Aguayo, poeta chileno, nos comparte parte de su obra poética:

Podridos

La tradición automatiza los cerebros.

Preguntas calientan cabezas.

La duda se exilia completa.

Retratos familiares sucios e imborrables.

Yoyó legendario y dorado

nadando en un vaso con trago.

Las ventanas abiertas rellenan vacíos.

Inicio del árbol construye

un imperio que, el fin, disfrute.

Trabajo manchado se escribe.

El vistazo inseguro es copión de cualquiera.

Diamantes endebles definen.

Bolsitas de Ziploc corrompen.

Biblioteca dormida en neuronas cansadas.

Memoria agobiada en labores.

Los tallos quebrados estorban.

Selección de cultura adecuada a los tiempos.

Lunar colorín desmejora.

Noticias truqueras afectan.

¡Las pelis dicen la verdad!;

explosiones magníficas queman cabezas.

El preso fachero en la tele

desviste falsedad salvaje.

Vagabundos se exhiben, pero nunca mienten.

Cochino sin traje elegante:

¡Lo cierto dicha a chuchá limpia!

Bla-blá de la tele se coló en mi talante.

La cosecha

Esputar a los cielos afán funerario.

Se esquiva toda consecuencia.

Otros reciben la materia.

Aluvión de billetes al mismo bolsillo.

Transita el paisaje que quiera.

Cohabita, pero no se mezcla.

¡Regalar sopa a los flojos en navidad!

Las frazadas sucias gritaron.

El roto envidia, colorado.

Los dignos comprados con sopa:

sindicato trizado en acuerdo caliente.

Abuso aguantado con torta.

Lugar de reunión de los pueblos.

Recibir la maldad de habitantes frustrados.

Las ramas bloquean groseros.

¡Disfruten la plaza y no cruzen!

El que vive en el medio no sabe existir.

Simulan y creen que suben.

¡Su pollo al piso maquillado!

Cobrar siempre ha sido del débil.

Exiliado del parque más bello por malo.

Dolor recibido motiva

a seguir trazando pucheros.

Alusado al poste imaginando la cima.

Navaja mental deslenguada,

mojada y sabrosa libera

la frase que separa tu piel y te mata.

Vomitivo

Escondido del otro en chalet montañés.

Élite con montos ilegibles.

La clave de entrada es top secret.

La ilusión de traje: refinada y confiable.

Perfume elevado inodoro.

¡Olor fecal para los rotos!

Sobrevolar a los rutinarios recursos.

Ver que el límite siga ahí.

La queja no llega a la suite.

El logro es que un lado no coma.

El follaje grisáceo salpica la vista.

Llamar la atención distorsiona.

La línea brinda elegancia.

Jugadores disfrutan la vista del límite.

La pinta es benévola y plástica.

Encima de incómodos bancos,

bebedores de vino divagan de nada;

borrachos se duermen en llantos.

Las Jordan con firma del dueño.

Chispeza o trabajo connotan.

La cadena brillante demuestra la pega.

El sacrificio hiede siempre.

Vergüenza empapada y sincera.

¡Hablarle bonito a las ladys sirve a veces!

Hablar a lo vi’o es todo un arte.

¡¿Y quién dice que yo no aprendo?!

En sus caras reina el silencio del cobarde.

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Inti ediciones.
Asco Zine.

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